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domingo, 30 de agosto de 2009

Ciento veinte millones de niños en el centro de la tormenta / Eduardo Galeano

La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar v le hundieron los dientes en la garganta. Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó sus funciones Este va no es el reino de las maravillas donde la realidad derrotaba a la fábula y la imaginación era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos de oro y las montañas de plata. Pero la región sigue trabajando de sirvienta. Continúa existiendo al servicio de las necesidades ajenas, como fuente y reserva del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana produciéndolos. Son mucho más altos los impuestos que cobran los compradores que los precios que reciben los vendedores; y al fin y al cabo, como declaró en julio de 1968 Covey T. Oliver, coordinador de la Alianza para el Progreso, «hablar de precios justos en la actualidad es un concepto medieval. Estamos en plena época de la libre comercialización...» Cuanta más libertad se otorga a los negocios, más cárceles se hace necesario construir para quienes padecen los negocios. Nuestros sistemas de inquisidores y verdugos no sólo funcionan para el mercado externo dominante; proporcionan también caudalosos manantiales de ganancias que fluyen de los empréstitos y las inversiones extranjeras en los mercados internos dominados. «Se ha oído hablar de concesiones hechas por América Latina al capital extranjero, pero no de concesiones hechas por los Estados Unidos al capital de otros países... Es que nosotros no damos concesiones», advertía, allá por 1913, el presidente norteamericano Woodrow Wilson. Él estaba seguro: «Un país --decía- es poseído y dominado por el capital que en él se haya invertido». Y tenía razón. Por el camino hasta perdimos el derecho de llamarnos americanos, aunque los haitianos y los cubanos ya habían asomado a la historia, como pueblos nuevos, un siglo antes de que los peregrinos del Mayflower se establecieran en las costas de Plymouth. Ahora América es, para el mundo, nada más que los Estados Unidos: nosotros habitamos, a lo sumo, una sub -América, una América de segunda clase, de nebulosa identificación.

Es América Latina, la región de las venas abiertas. Desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos. El modo de producción y la estructura de clases de cada lugar han sido sucesivamente determinados, desde fuera, por su incorporación al engranaje universal del capitalismo. A cada cual se le ha asignado una función, siempre en beneficio del desarrollo de la metrópoli extranjera de turno, y se ha hecho infinita la cadena de las dependencias sucesivas, que tiene mucho más de dos eslabones, y que por cierto también comprende, dentro de América Latina, la opresión de los países pequeños por sus vecinos mayores y, fronteras adentro de cada país, la explotación que las grandes ciudades y los puertos ejercen sobre sus fuentes internas de víveres y mano de obra (Hace cuatro siglos, ya habían nacido dieciséis de las veinte ciudades latinoamericanas más pobladas de la actualidad).

Para quienes conciben la historia como una competencia, el atraso y la miseria de América Latina no son otra cosa que el resultado de su fracaso. Perdimos; otros ganaron. Pero ocurre que quienes ganaron, ganaron gracias a que nosotros perdimos: la historia del subdesarrollo de América Latina integra, como se ha dicho, la historia del desarrollo del capitalismo mundial. Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios y sus caporales nativos. En la alquimia colonial y neo-colonial, el oro se transfigura en chatarra, y los alimentos se con vierten en veneno. Potosí, Zacatecas y Ouro Preto cayeron en picada desde la cumbre de los esplendores de los metales preciosos al profundo agujero de los socavones vacíos, y la ruina fue el destino de la pampa chilena del salitre y de la selva amazónica del caucho; el nordeste azucarero de Brasil, los bosques argentinos del quebracho o ciertos pueblos petroleros del lago de Maracaibo tienen dolorosas razones para creer en la mortalidad de las fortunas que la naturaleza otorga y el imperialismo usurpa. La lluvia que irriga a los centros del poder imperialista ahoga los vastos suburbios del sistema. Del mismo modo, y simétricamente, el bienestar de nuestras clases dominantes -dominantes hacia dentro, dominadas desde fuera- es la maldición de nuestras multitudes condenadas a una vida de bestias de carga.

La brecha se extiende. Hacía mediados del siglo anterior, el nivel de vida de los países ricos del mundo excedía en un cincuenta por ciento el nivel de los países pobres. El desarrollo desarrolla la desigualdad: Richard Nixon anunció, en abril de 1969, en su discurso ante la OEA, que a fines del siglo veinte el ingreso per capita en Estados Unidos será quince veces más alto que el ingreso en América Latina. La fuerza del conjunto del sistema imperialista descansa en la necesaria desigualdad de las partes que lo forman, y esa desigualdad asume magnitudes cada vez más dramáticas. Los países opresores se hacen cada vez más ricos en términos absolutos, pero mucho más en términos relativos, por el dinamismo de la disparidad creciente. El capitalismo central puede darse el lujo de crear y creer sus propios mitos de opulencia, pero los mitos no se comen, y bien lo saben los países pobres que constituyen el vasto capitalismo periférico. El ingreso promedio de un ciudadano norteamericano es siete veces mayor que el de un latinoamericano y aumenta a un ritmo diez veces más intenso. Y los promedios engañan, por los insondables abismos que se abren, al sur del río Bravo, entre los muchos pobres y los pocos ricos de la región. En la cúspide, en efecto, seis millones de latinoamericanos acaparan, según las Naciones Unidas, el mismo ingreso que ciento cuarenta millones de personas ubicadas en la base de la pirámide social. Hay sesenta millones de campesinos cuya fortuna asciende a veinticinco centavos de dólar por día; en el otro extremo los proxenetas de la desdicha se dan el lujo de acumular cinco mil millones de dólares en sus cuentas privadas de Suiza o Estados Unidos, y derrochan en la ostentación y el lujo estéril -ofensa y desafío- y en las inversiones improductivas, que constituyen nada menos que la mitad de la inversión total, los capitales que América Latina podría destinar a la reposición, ampliación y creación de fuentes de producción y de trabajo. Incorporadas desde siempre a la constelación del poder imperialista, nuestras clases dominantes no tienen el menor interés en averiguar si el patriotismo podría resultar más rentable que la traición o si la mendicidad es la única forma posible de la política internacional. Se hipoteca la soberanía porque «no hay otro camino»; las coartadas de la oligarquía confunden interesadamente la impotencia de una clase social con el presunto vatio de destino de cada nación.

Josué de Castro declara: «Yo, que he recibido un premio internacional de la paz, pienso que, infelizmente, no hay otra solución que la violencia para América Latina». Ciento veinte millones de niños se agitan en el centro de esta tormenta. La población de América Latina crece como ninguna otra; en medio siglo se triplicó con creces. Cada minuto muere un niño de enfermedad o de hambre, pero en el año 2000 habrá seiscientos cincuenta millones de latinoamericanos, y la mitad tendrá menos de quince años de edad: una bomba de tiempo. Entre los doscientos ochenta millones de latinoamericanos hay, a fines de 1970, cincuenta millones de desocupados o sub-ocupados y cerca de cien millones de analfabetos; la mitad de los latinoamericanos vive apiñada en viviendas insalubres. Los tres mayores mercados de América Latina -Argentina, Brasil y México- no alcanzan a igualar, sumados, la capacidad de consumo de Francia o de Alemania occidental, aunque la población reunida de nuestros tres grandes excede largamente a la de cualquier país europeo. América Latina produce hoy día, en relación con la población, menos alimentos que antes de la última guerra mundial, y sus exportaciones per capita han disminuido tres veces, a precios constantes, desde la víspera de la crisis de 1929. El sistema es muy racional desde el punto de vista de sus dueños extranjeros y de nuestra burguesía de comisionistas, que ha vendido el alma al Diablo a un precio que hubiera avergonzado a Fausto. Pero el sistema es tan irracional para todos los demás que cuanto más se desarrolla más agudiza sus desequilibrios y sus tensiones, sus contradicciones ardientes. Hasta la industrialización, dependiente y tardía, que cómodamente coexiste con el latifun-dio y las estructuras de la desigualdad, contribuye a sembrar la desocupación en vez de ayudar a resolverla; se extiende la pobreza y se concentra la riqueza en esta región que cuenta con inmensas legiones de brazos caídos que se multiplican sin descanso. Nuevas fábricas se instalan en los polos privilegiados de desarrollo -São Paulo, Buenos Aires, la ciudad de México- pero menos mano de obra se necesita cada vez. El sistema no ha previsto esta pequeña molestia: lo que sobra es gente. Y la gente se reproduce. Se hace el amor con entusiasmo y sin precauciones. Cada vez queda más gente a la vera del camino, sin trabajo en el campo, donde el latifundio reina con sus gigantescos eriales, y sin trabajo en la ciudad, donde reinan las máquinas: el sistema vomita hombres. Las misiones norteamericanas esterilizan masivamente mujeres y siembran píldoras, diafragmas, espirales, preservativos y almanaques marcados, pero cosechan niños; porfiadamente, los niños latinoamericanos continúan naciendo, reivindicando su derecho natural a obtener un sitio bajo el sol en estas tierras espléndidas que podrían brindar a todos lo que a casi todos niegan.

A principios de noviembre de 1968, Richard Nixon comprobó en voz alta que la Alianza para el Progreso había cumplido siete años de vida y, sin embargo, se habían agravado la desnutrición y la escasez de alimentos en América Latina. Pocos meses antes, en abril, George W. Ball escribía en Life: «Por lo menos durante las próximas décadas, el descontento de las naciones más pobres no significará una amenaza de destrucción del mundo. Por vergonzoso que sea, el mundo ha vivido, durante generaciones, dos tercios pobre y un tercio rico. Por injusto que sea, es limitado el poder de los países pobres». Ball había encabezado la delegación de los Estados Unidos a la Primera Conferencia de Comercio y Desarrollo en Ginebra, y había votado contra nueve de los doce principios generales aprobados por la conferencia con el fin de aliviar las desventajas de los países subdesarrollados en el comercio internacional. Son secretas las matanzas de la miseria en América Latina; cada año estallan, silenciosamente, sin estrépito alguno, tres bombas de Hiroshima sobre estos pueblos que tienen la costumbre de sufrir con los dientes apretados. Esta violencia sistemática, no aparente pero real, va en aumento: sus crímenes no se difunden en la crónica roja, sino en las estadísticas de la FAO. Ball dice que la impunidad es todavía posible, porque los pobres no pueden desencadenar la guerra mundial, pero el Imperio se preocupa: incapaz de multiplicar los panes, hace lo posible por suprimir a los comensales. «Combata la pobreza, ¡mate a un mendigo!», garabateó un maestro del humor negro sobre un muro de la ciudad de La Paz. ¿Qué se proponen los herederos de Malthus sino matar a todos los próximos mendigos antes de que nazcan? Robert McNamara, el presidente del Banco Mundial que había sido presidente de la Ford y Secretario de Defensa, afirma que la explosión demográfica constituye el mayor obstáculo para el progreso de América Latina y anuncia que el Banco Mundial otorgará prioridad, en sus préstamos, a los países que apliquen planes para el control de la natalidad.

McNamara comprueba con lástima que los cerebros de los pobres piensan un veinticinco por ciento menos, y los tecnócratas del Banco Mundial (que ya nacieron) hacen zumbar las computadoras y generan complicadísimos trabalenguas sobre las ventajas de no nacer: «Si un país en desarrollo que tiene una renta media per capita de 150 a 200 dólares anuales logra reducir su fertilidad en un 50 por ciento en un período de 25 años, al cabo de 30 años su renta per capita será superior por lo menos en un 40 por ciento al nivel que hubiera alcanzado de lo contrario, y dos veces más elevada al cabo de 60 años», asegura uno de los documentos del organismo. Se ha hecho célebre la frase de Lyndon Jonson: «Cinco dólares, invertidos contra el crecimiento de la población son más eficaces que cien dólares invertidos en el crecimiento económico». Dwight Eisenhower pronosticó que si los habitantes de la tierra seguían multiplicándose al mismo ritmo no sólo se agudizaría el peligro de la revolución, sino que además se produciría «una degradación del nivel de vida de todos los pueblos, el nuestro inclusive».

Los Estados Unidos no sufren, fronteras adentro, el problema de la explosión de la natalidad, pero se preocupan como nadie por difundir e imponer, en los cuatro puntos cardinales, la planificación familiar. No sólo el gobierno; también Rockefeller y la fundación Ford padecen pesadillas con millones de niños que avanzan, como langostas, desde los horizontes del Tercer Mundo. Platon y Aristóteles se habían ocupado del tema antes que Malthus y McNamara; sin embargo, en nuestros tiempos, toda esta ofensiva universal cumple una función bien definida: se propone justificar la muy desigual distribución de la renta entre los países y entre las clases sociales, convencer a los pobres de que la pobreza es el resultado de los hijos que no se evitan y poner un dique al avance de la furia de las masas en movimiento y rebelión. Los dispositivos intrauterinos compiten con las bombas y la metralla, en el sudeste asiático, en el esfuerzo por detener el crecimiento de la población de Vietnam. En América Latina resulta más higiénico y eficaz matar a los guerrilleros en los úteros que en las sierras o en las calles. Diversas misiones norteamericanas han esterilizado a millares de mujeres en la Amazonia, pese a que ésta es la zona habitable más desierta del planeta. En la mayor parte de los países latinoamericanos, la gente no sobra: falta. Brasil tiene 38 veces menos habitantes por kilómetro cuadrado que Bélgica; Paraguay, 49 veces menos que Inglaterra; Perú, 32 veces menos que Japón. Haití y El Salvador, hormigueros humanos de América Latina, tienen una densidad de población menor que, la de Italia. Los pretextos invocados ofenden la inteligencia; las intenciones reales encienden la indignación. Al fin y al cabo, no menos de la mitad de los territorios de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay y Venezuela está habitada por nadie. Ninguna población latinoamericana crece menos que la del Uruguay, país de viejos, y sin embargo ninguna otra nación ha sido tan castigada, en los años recientes, por una crisis que parece arrastrarla al último círculo de los infiernos. Uruguay está vacío y sus praderas fértiles podrían dar de comer a una población infinitamente mayor que la que hoy padece, sobre su suelo, tantas penurias.

Hace más de un siglo, un canciller de Guatemala había sentenciado proféticamente: «Sería curioso que del seno mismo de los Estados Unidos, de donde nos viene el mal, naciese también el remedio». Muerta y enterrada la Alianza para el Progreso, el Imperio propone ahora, con más pánico que generosidad, resolver los problemas de América Latina eliminando de antemano a los latinoamericanos. En Washington tienen ya motivos para sospechar que los pueblos pobres no prefieren ser pobres. Pero no se puede querer el fin sin querer los medios: quienes niegan la liberación de América Latina, niegan también nuestro único renacimiento posible, y de paso absuelven a las estructuras en vigencia. Los jóvenes se multiplican, se levantan, escuchan: ¿qué les ofrece la voz del sistema? El sistema habla un lenguaje surrealista: propone evitar los nacimientos en estas tierras vacías; opina que faltan capitales en países donde los capitales sobran pero se desperdician; denomina ayuda a la ortopedia deformante de los empréstitos y al drenaje de riquezas que las inversiones extranjeras provocan; convoca a los latifundistas a realizar la reforma agraria y a la oligarquía a poner en práctica la justicia social. La lucha de clases no existe -se decreta- más que por culpa de los agentes foráneos que la encienden, pero en cambio existen las clases sociales, y a la opresión de unas por otras se la denomina el estilo occidental de vida. Las expediciones criminales de los marines tienen por objeto restablecer el orden y la paz social, y las dictaduras adictas a Washington fundan en las cárceles el estado de derecho y prohíben las huelgas y aniquilan los sindicatos para proteger la libertad de trabajo.

¿Tenemos todo prohibido, salvo cruzarnos de brazos? La pobreza no está escrita en los astros; el subdesarrollo no es el fruto de un oscuro designio de Dios. Corren años de revolución, tiempos de redención. Las clases dominantes ponen las barbas en remojo, y a la vez anuncian el infierno para todos. En cierto modo, la derecha tiene razón cuando se identifica a sí misma con la tranquilidad y el orden: es el orden, en efecto, de la cotidiana humillación de las mayorías, pero orden al fin: la tranquilidad de que la injusticia siga siendo injusta y el hambre hambrienta. Si el futuro se transforma en una caja de sorpresas, el conservador grita, con toda razón: «Me han traicionado». Y los ideólogos de la impotencia, los esclavos que se miran a sí mismos con los ojos del amo, no demoran en hacer escuchar sus clamores. El águila de bronce del Maine, derribada el día de la victoria de la revolución cubana, yace ahora abandonada, con las alas rotas, bajo un portal del barrio viejo de La Habana. Desde Cuba en adelante, también otros países han iniciado por distintas vías y con distintos medios la experiencia del cambio: la perpetuación del actual orden de cosas es la perpetuación del crimen.

Los fantasmas de todas las revoluciones estranguladas o traicionadas a lo largo de la torturada historia latinoamericana se asoman en las nuevas experiencias, así como los tiempos presentes habían sido presentidos y engendrados por las contradicciones del pasado.

La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será. Por eso en este libro, que quiere ofrecer una historia del saqueo y a la vez contar cómo funcionan los mecanismos actuales del despojo, aparecen los conquistadores en las carabelas y, cerca, los tecnócratas en los jets, Hernán Cortés y los infantes de marina, los corregidores del reino y las misiones del Fondo Monetario Internacional, los dividendos de los traficantes de esclavos y las ganancias de la General Motors. También los héroes derrotados y las revoluciones de nuestros días, las infamias y las esperanzas muertas y resurrectas: los sacrificios fecundos. Cuando Alexander von Humboldt investigó las costumbres de los antiguos habitantes indígenas de las mesetas de Bogotá, supo que los indios llamaban quihica a las víctimas de las ceremonias rituales. Quihica significaba puerta: la muerte de cada elegido abría un nuevo ciclo de ciento ochenta y cinco lunas.

Fuente: Galeano, Eduardo. Las venas abiertas de américa latina. México, editorial Siglo XXI.

domingo, 23 de agosto de 2009

Poesía y política : La subversión de la poesía rumana durante el régimen comunista / Pedro Caselin


La subversión como actitud política incorporada en un texto poético no ha sido una invención del periodo comunista. De hecho, existe si no desde los comienzos de la literatura, por lo menos desde el momento en el que un poder institucionalizado (religioso, político o militar) ha tratado de subordinar al trabajo literario a fines muy particulares.

Son notorios los casos que ilustran el hecho. Beaumarchais en la Boda de Fígaro de 1784, ha ironizado a la nobleza, cuando ha establecido la tesis, según la cual, el principal esfuerzo de un noble es haber nacido. La afirmación es considerada un atentado a las buenas costumbres de la época, y el Rey le recomienda al jefe de la policía que encarcele al autor por atentar en contra de las buenas costumbres de la época.

En Rumania, por atentado a las buenas costumbres han sido acusados, en primer lugar, Hasdeau por su obra Daduca Mamuca. Ya en el periodo interbélico, Mircea Eliade y Geo Bogza, por su denominada literatura pornográfica. Eugen Lovinescu ha hecho una defensa digna de los dos autores mencionados, al establecer que la única pornografía condenable es la falta de talento e imaginación de sus críticos.

Un gran poeta es generalmente subversivo e innovador. El cambio de paradigma conlleva a la confrontación de dos visiones diferentes sobre el mundo, es decir, entre el hombre y la poesía, confrontación que ocurre insidiosamente, desde el interior. Así pues, la poesía subversiva es aquella que se prueba incomoda frente ciertos postulados ideológicos y morales de un determinado poder. En este sentido, la diferencia entre la poesía subversiva y la poesía disidente, radicaría en el campo de la estética, que dicho sea de paso, es el mecanismo de los cambios de la poesía de un estilo a otro y de una corriente a otra.

Así, la generación que se afirmó en los primeros años de la década de los sesentas del siglo XX en la Rumania de aquel tiempo, era orgánicamente una generación necesaria. El fenómeno de explosión poético no venía como un fenómeno singular e inesperado desde el exterior. En todas las áreas del conocimiento, tenían lugar, sobre el fondo de un lúcido análisis, criticas a los errores administrativos en el campo de la cultura, así como de los abusos y las deformaciones concernientes al campo de la estética cometidos por la nomenclatura cultural.

En el fondo, la aparición de nuevas generaciones de poetas, correspondió a una doble necesidad, la primera, aquella de rescatar y retomar la tradición poética y narrativa, considerada hasta ese momento nociva y caduca; la segunda, aquella de deconstruir el discurso hegemónico oficial.

De esta manera, Ion Gheorghe abordó la grave problemática contemporánea de la identidad nacional rumana, variando entre la gloria poética y la interrogación dramática; Ion Alexandru vivió la experiencia del hartazgo y la desesperación campesinas (el mismo que sintió Lucian Blaga), con una inquietud eternamente turbia, casi adolescente; Marín Sorescu presentó una poesía desmistificadora y al mismo tiempo, dignificante del acto poético, retomando de los modernistas y de los futuristas la idea de una poesía a través de la autonegación, es decir, la poesía como un acto de reflexión para la vida; Adrián Panescu propuso, paralelamente, una poesía de presencia inmediata, dinámica e interactiva entre la vida cotidiana que se le había impuesto a la sociedad rumana y aquella anhelada por el poeta; Nichita Stanescu vivó la poesía como un incesante modo de interrogación de sí, en la búsqueda de una esencia de vida; Ileana Malancioiu ofreció una narrativa de misterio y de procreación taciturna, en la cual la contemplación serena se volvía el mecanismo para evidenciar lo que algunos trataban de ocultar.

Pero sin duda, Ana Blandiana, denunció en su narrativa, pero sobre todo en su poesía, la antitesis del paraíso prometido por la utopía del comunismo: el hambre, la desesperación, el miedo y el terror padecidos por la inmensa mayoría de la población.

En el poema Hibernación, la técnica de la subversión se basa en la principal estrategia del realismo mágico: la metonimia. El sueño del ser, en la Hibernación de Blandiana, presenta una connotación moral, en el sentido de la subordinación irresponsable del robo del sonámbulo frente a la dictadura comunista, aceptada como un destino implacable. El sarcasmo de los últimos versos, manifiesta la amargura de una paradoja: una vida transcurrida en la inconsistencia del sueño termina con el despertar inútil hacia la muerte. El adoctrinamiento oficial ha llevado, prácticamente, a la falta de discernimiento entre la verdad y la mentira en donde la muerte, es la aspiración máxima de pureza del ser humano frente a las formas degradadas de la vida social.

En Acerca del país del cual venimos, Ana Blandiana elige el verbo recrear para encapsular la contradicción del proyecto comunista: utopía y realidad. “Es una patria frágil, a la que una hoja cualquiera, cayendo, la puede extinguir” son versos que manifiestan la fragilidad de los pilares de un sistema impuesto, rígido, inhumano. La ciega fe en lo imposible, negando la condición humana en aras de la sociedad sin clases, del hombre nuevo.

De esta manera, la poesía subversiva durante el periodo comunista en Rumania, surgió de la necesidad de revelar el significado de la historia. Así, la metáfora alusiva se transformo en protesta abierta y en el signo distintivo de toda una generación.

Fuente: Periódico de Poesía No. 21, Julio-Agosto 2009.

CSG y Zedillo autorizaron apoyo a paramilitares en Chiapas, dice EU / David Brooks


Nueva York, 20 de agosto. La Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos informó sobre el “apoyo directo” del Ejército Mexicano a paramilitares en Chiapas, que se brindaba desde mediados de 1994, con autorización del entonces presidente Carlos Salinas, como parte de la estrategia contrainsurgente contra las bases zapatistas, y señala que estas agrupaciones armadas estaban bajo la supervisión de la inteligencia militar mexicana durante las fechas en que se perpetró la matanza en Acteal, ya con Ernesto Zedillo como titular del Ejecutivo. Lo anterior está plasmado en documentos oficiales estadunidenses recién desclasificados y presentados hoy por la organización denominada National Security Archive (Archivo Nacional de Seguridad).

Un cable enviado por la agregaduría de Defensa de Estados Unidos en México a la jefatura de la Agencia de Inteligencia de Defensa, (DIA, por sus siglas en inglés), instancia del Pentágono, fechado el 4 de mayo de 1999, informa que “para mediados de 1994, el Ejército Mexicano contaba con autorización presidencial para instituir equipos militares encargados de promover grupos armados en las áreas conflictivas de Chiapas. El intento fue asistir a personal indígena local en resistir al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Además, durante la masacre de Acteal de 1997, oficiales de inteligencia del Ejército estaban involucrados en supervisar a los grupos armados en los Altos de Chiapas”.

Al describir el “apoyo directo” del Ejército Mexicano a grupos indígenas armados en la zona de Chiapas donde se ubica Acteal, el cable informa sobre una red clandestina de “equipos de inteligencia humana” (agentes de inteligencia) formados por el Ejército a mediados de 1994, con la autorización del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari. Estos equipos tenían la tarea de infiltrar comunidades indígenas para lograr obtener información sobre “simpatizantes” zapatistas.

Fueron estos equipos, agrega, quienes promovieron grupos armados antizapatistas –esto es, paramilitares–, otorgando tanto “capacitación” como protección frente a las autoridades de seguridad pública y unidades castrenses en la región. El cable informa que estas actividades ya se realizaban desde diciembre de 1997, cuando ocurrió la matanza de Acteal.

“Lo más importante sobre los documentos de la DIA es que contradicen directamente la historia oficial sobre la matanza relatada por el gobierno del entonces presidente Ernesto Zedillo”, afirma Kate Doyle, directora del Proyecto México del National Security Archive, en su presentación de los documentos que su organización obtuvo bajo las leyes de libertad de información y difundidos en su sitio de Internet. Doyle recuerda que el informe del procurador general de la República, Jorge Madrazo, en 1998, afirmaba que la PGR había documentado la existencia de grupos civiles armados en Chenalhó, “no organizados, articulados, entrenados ni financiados por el Ejército Mexicano ni por otras instancias gubernamentales, sino que su gestación y organización responde a una lógica interna determinada por la confrontación entre las comunidades y dentro de las comunidades, con las bases de apoyo zapatista”.

El cable de la DIA también ofrece detalles nunca antes conocidos sobre el funcionamiento de los equipos de “inteligencia humana” del Ejército Mexicano en otorgar este apoyo. El cable describe que estos equipos eran compuestos “primordialmente por oficiales jóvenes con rango de capitán segundo y primero, así como por algunos sargentos selectos que hablaban los dialectos de la región”.

El informe enviado a la sede de la DIA agrega que los equipos de inteligencia humana “estaban compuestos por entre tres y cuatro personas, a quienes se les asignaba cubrir comunidades por un periodo de tres o cuatro meses. Después de tres meses, los oficiales pertenecientes a los equipos eran rotados a una comunidad diferente en Chiapas. La preocupación por la seguridad de los equipos era la razón más importante para la rotación de éstos cada tres meses”.

Para Doyle, estos documentos llevan a la conclusión de que la lógica de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) era “una estrategia de contrainsurgencia cuidadosamente planeada que combinó programas de acción cívica –frecuentemente anunciados por la Secretaría de Defensa en declaraciones a la prensa– con operaciones de inteligencia secreta diseñadas para fortalecer a los paramilitares y provocar el conflicto en contra de los partidarios del EZLN”.

Doyle critica la falta de acceso y disposición del gobierno mexicano a toda la documentación sobre Acteal. “Hasta que la administración actual decida honrar su obligación de informar a sus ciudadanos sobre la verdad de la masacre de 1997, el clamor del pueblo por los hechos permanecerá perdido en los archivos improcedentes. Y a nosotros sólo nos queda recurrir a Estados Unidos en busca de información sobre el Ejército Mexicano y Acteal”.

Despliegue de tropas

En el segundo de los dos documentos desclasificados y presentados por el National Security Archive, se trasmite información sobre el despliegue de 5 mil elementos de tropa por parte del gobierno de Zedillo –para reforzar a los 30 mil desplegados permanentemente en Chiapas, o lo que es llamada “zona de conflicto”– inmediatamente después de la masacre de 45 indígenas tzotziles en Acteal, el 22 de diciembre de 1997.

Citando a “fuentes abiertas”, esto es, a medios de comunicación, como también secretas, la oficina del agregado de Defensa de Estados Unidos en México informa a la DIA en el cable fechado 31 diciembre de 1997, que unas 2 mil tropas, más otras fuerzas, fueron desplegadas en la zona de Chenalhó para ofrecer “ley y orden” en la región, así como también “tareas sociales” a comunidades indígenas, en particular a las comunidades desplazadas por el grupo MIRA. Indica que integrantes de esa agrupación paramilitar han gobernado la zona por “amenazas y violencia en la región de Chenalhó”. A la vez, se informa que otras unidades fueron “puestas en alerta para asistir en el evento de una sublevación”.

Entre las “fuentes abiertas” citadas por el documento, incluidas algunas publicaciones, se menciona a La Jornada, a la cual se refiere como “un periódico considerado como bien escrito, inclinado hacia la izquierda, con buena cobertura noticiosa”.

Fuente: Diario la Jornada, sección Política del día 21 de Agosto del 2009.

Paraíso reeditado / Eduardo Moga


Paraíso perdido, de John Milton (1608-1674), es el poema épico más importante de la literatura en lengua inglesa. Sus 10.565 versos, divididos en doce libros –como la Eneida, uno de sus más visibles antecedentes–, constituyen un coloso verbal, un alambicado monumento en el que confluyen múltiples influencias: la Biblia, la patrística, los textos hebreos, la mitología y la poesía grecolatinas –Homero, Ovidio, Lucano y, sobre todo, Virgilio–, el teatro europeo seiscentista, la épica italiana –el Orlando furioso de Ariosto o la Jerusalén liberada de Tasso– y autores ingleses del quinientos como Ben Johnson o Edmund Spenser. Esta opulencia intertextual lo hace polisémico, sí, pero inabarcablemente polisémico: ante semejante arsenal de referentes, muchos de los cuales nos resultan hoy ajenos o desconocidos, no es extraño que nos sintamos perdidos. Por otra parte, frente a la interpretación clásica, que lo considera una elucidación poética de la vetusta quaestio teológica de la existencia del mal, Paraíso perdido admite también una interpretación política –como alegoría de las posiciones antimonárquicas de su autor en el turbulento periodo de la Guerra Civil inglesa, la República de Cromwell y la Restauración de 1660–, lo que difi culta aún más la lectura. Y su estilo, que pretende reproducir en inglés la sinuosidad sintáctica del latín, con frecuentes hipérbatos y largos periodos oracionales, de arracimada hipotaxis, y que ha merecido el comprensible reproche del Dr. Johnson y de T. S. Eliot, entre otros críticos ilustres, nos lo hace definitivamente extraño.

¿Por qué hay que leer, pues, Paraíso perdido? Se me ocurren dos motivos. En primer lugar, por el poderío de su verbo, por su vendaval lingüístico. Como Shakespeare, que nos arrebata aunque esté mal traducido, o aunque no lo entendamos, Milton nos captura con la majestuosidad ígnea de su dicción. En cualquier rincón del poema hallamos, en forma de trueno o de susurro, esa pujanza elocutiva. Cuando, en el libro VIII, un atribulado Adán le pregunta al arcángel Rafael por la licitud de sus amores carnales con Eva y por su correspondencia entre los seres celestiales, Rafael no le da la respuesta establecida por la teología –que los ángeles carecen de cuerpo–, sino ésta, permeada de platonismo: “Y en ausencia del amor no existe dicha. / Lo que tú de puro en el cuerpo gozas / (Y creado puro fuiste) lo gozamos los Espíritus / En eminencia, sin obstáculo ninguno/ de membrana, miembro o hueso, excluyentes trabas:/ Más que el aire con el aire, si los Ángeles se abrazan,/ Se fusionan por completo, uniéndose pureza/ A lo puro que desea; no requieren medio restringido, /Como carne que con carne se combine, o alma y alma” (vs. 621-629). Para conseguir este impacto verbal, una buena traducción resulta imprescindible. Siempre lo es, pero en estos supuestos de particular calado expresivo e ideológico, más todavía. Y la labor de Bel Atreides, el responsable de la edición, es irreprochable. Su versión transpone los vericuetos del original con una precisión y una elegancia extraordinarias, y no desfallece nunca en su propósito estético: es siempre, ante todo, una versión literaria, otro Paraíso perdido, espejo o sosias o desdoblamiento del original. El trabajo de Atreides, amén de muchas otras dificultades, ha de despejar una inicial, que ha conturbado a todos sus traductores desde Jovellanos, el primero en trasladar trechos del libro al castellano, en qué molde verter el pentámetro yámbico del texto inglés. Frente a la opción mayoritaria por el endecasílabo –que han utilizado, por ejemplo, Esteban Pujals y Manuel Álvarez de Toledo en sus versiones de 1986 y 1988, respectivamente–, Atreides se inclina por el amétrico trocaico, “porque ofrece la mayor flexibilidad para adaptarse a las secuencias de Milton, respetar el número de versos del texto fuente y, la mayor parte de las veces también, la estructura de las oraciones y los encabalgamientos”. Su tarea se completa con un prólogo iconoclasta y unas muy documentadas, pero no agobiantemente eruditas, notas al final del volumen, que facilitan el siempre arduo tránsito por el poemario.

La segunda razón que cabe aducir para justifi car la lectura de Paraíso perdido está directamente relacionada con la polisemia del texto, y no es otra que su ambigüedad, esa cualidad tan fértil en el arte; la ambigüedad de sus protagonistas: de Adán y Eva, confusos y exaltados en sus transportes sensuales; de Dios, deseoso de justificarse por la existencia del mal, que atribuye, sin novedad discernible, al libre albedrío; y, sobre todo, de Satán, que abre el libro, y cuya centralidad ha sido señalada por Dryden y por Blake, según el cual Milton era, como todos los verdaderos poetas, miembro del partido del Demonio. También Shelley, como recuerda Bel Atreides, sostenía la superioridad moral del diablo miltónico sobre el ególatra supracósmico que es Dios. El Satán de Paraíso perdido es, en efecto, un ser curioso, insumiso, doliente, contradictorio, humano, en suma, que a veces parece capaz de amar. Así, en el libro Ix, se diría que practica el bien, aunque no tarde en recobrar su maldad intrínseca: “El Maligno perduró abstraído/ De su propio mal y, por un rato, persistió/ Estupefactamente bueno, de vileza desarmado,/ De artería, odio, envidia y de venganza,/ Mas el ígneo Infierno que arde siempre en él,/ Aunque en mitad del cielo, pronto puso fin a su deleite,/ Y con mayor tormento, cuanto más contempla/ Los placeres no ordenados para él: luego, pronto/ Odio fi ero recolecta...” (Vs. 463-471). Este dibujo claroscuro de Satán resultaba de una audacia extrema en el siglo xVII, pero no debe extrañarnos si atendemos al ideario heterodoxo de Milton. Pese a los esfuerzos de algunos críticos católicos como C.S. Lewis –amigo de Tolkien y autor de la muy popular serie de Narnia–, ansiosos por reconducir a Milton al recto camino de la tradición cristiana, Milton abrazaba no pocas ideas heréticas: como ha recordado Fernando Galván, rechazaba la Trinidad, el bautismo infantil y el matrimonio eclesiástico, se oponía a los obispos, y defendía el divorcio y las libertades de expresión e imprenta. Por no hablar de su defensa del regicidio, plasmada en su tratado Of Tenure of Kings and Magistrates, escrito en 1649, mientras se juzgaba al depuesto –y fi nalmente decapitado– Carlos I. Quizá por eso Satán y el resto de los ángeles caídos de Paraíso perdido sean descritos con muchos de los vicios de los monárquicos.

Fuente: Revista Letras Libres, sección Libros edición del mes de Julio del 2006.

En 4 años, 672 feminicidios en el Edomex; impunes 89% de casos, según la Codhem / Mariana Norandi


La Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) denunció que en esa entidad, en lo que va de la presente administración, han sido asesinadas 672 mujeres y 89 por ciento de esos casos no han sido esclarecidos. Según la Procuraduría General de Justicia del Estado, en ese mismo periodo (septiembre de 2005-agosto de 2009) han sido ultimadas 500 mujeres, 95 de ellas este año.

Ángeles López García, presidenta del Centro de Derechos Humanos Victoria Diez, una de las organizaciones que integran el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidios (OCNF), señaló que la diferencia en el número de casos que denuncia la Codhem y los que asegura la procuraduría de Justicia radica en que ésta maneja otros parámetros para calificar de feminicidio un asesinato; sin embargo, la abogada aseguró que los 672 casos están documentados y las escenas de los crímenes así lo demuestran.

Según informó Católicas por el Derechos a Decidir, organización que forma parte del Observatorio, las edades de las mujeres asesinadas va de los 11 a los 40 años; los municipios que registran más feminicidios son Tlalnepantla, Ecatepec, Naucalpan, Nezahualcóyotl y Chalco.

La mayoría de las mujeres eran amas de casa o estudiantes, sus decesos se produjeron principalmente por disparos de arma de fuego, golpes en la cabeza, heridas con objetos punzocortantes o estrangulamiento. Los cuerpos suelen aparecer tanto en la vía pública como en casas.

Si bien en otras entidades, con excepción de Chihuahua, la cifra no es tan alarmante, en todos los estados de la República cada año ocurren un promedio de entre 31 y 39 feminicidios, explicó López García.

Esta semana, la Asamblea Legislativa del Distrito Federa aprobó en las comisiones unidas de Administración y Procuración de Justicia y de Atención a Grupos Vulnerables, modificar el artículo 138, fracción cuarta, del Código Penal del Distrito Federal, para tipificar los crímenes de odio en reglas comunes para delitos de homicidio y lesiones. No obstante, representantes de dicho observatorio consideran que si bien esa medida significa “un avance”, no es suficiente, y el feminicidio debe ser tipificado como delito específico, como el robo, el secuestro o la trata de personas.

“Ese cambio no es la tipificación del homicidio en los términos que varias organizaciones proponemos; sin embargo, es un precedente importante para que en otros estados se tomen medidas parecidas, y es un avance, pues, en años recientes hemos documentado asesinatos contra mujeres que los calificamos de crímenes de odio” afirmó López García.

Reconoció que el concepto de feminicidio forma parte de todo un debate en América Latina y no es fácil introducirlo en el ámbito judicial. Sin embargo, al analizar la escena del crimen, surgen elementos que demuestran que la víctima fue ultimada por cuestiones de género.

“El feminicidio nació como categoría social y política por el movimiento feminista para evidenciar la violencia contra las mujeres hasta el homicidio. Si bien pasar esa categoría al mundo penal implica una discusión técnica legislativa, lo cierto es que la escena del crimen del feminicidio no es la de un accidente de tráfico, sino construida, donde las mujeres aparecen asesinadas con crueldad, violadas, atadas de pies y manos, mutiladas y tiradas a la vía pública”.

Fuente: Diario la Jornada, sección Estados del día 23 de Agosto del 2009.

miércoles, 19 de agosto de 2009

¡Teatro, teatro, teatro!

Sí existe riesgo de un estallido social: PRD / Jorge Ramos Pérez


Comparte Carlos Navarrete, coordinador de los senadores perredistas, la preocupación del rector de la UNAM, José Narro, respecto al riesgo de que la inestabilidad financiera en el país derive en problemas sociales.

Mientras Carlos Navarrete, coordinador del PRD en el Senado, afirmó que sí existen riesgos de un estallido social a causa de la crisis económica, el presidente del Senado, Gustavo Madero (PAN), dijo que solamente será el año más difícil del sexenio.

Ayer, el rector de la UNAM, José Narro Robles, advirtió del riesgo de que la inestabilidad financiera en el país derive en problemas sociales, por lo que llamó a las autoridades a recurrir a nuevos mecanismos para enfrentar la crisis económica.

"Comparto plenamente la preocupación del Rector, no solamente la comparto, sino que la he mencionado en más de un foro, México se acerca peligrosamente a una situación de tensión social por el desempleo, una familia que pierde el ingreso porque el padre de familia o uno de los hijos que trabajan son despedidos y dejan de tener ingreso, es una situación explosiva", dijo hoy Navarrete.

El legislador perredista dijo que "no vayamos a amanecer un día con la noticia en los diarios, en la prensa, en la televisión y en la radio, de que en alguna parte del país, un grupo de pobladores haya asaltado tiendas o supermercados para robar medicina y alimentos".

-Ya hay robo de trenes, por ejemplo, en Guanajuato.

-En Guanajuato ya tuvimos un primer caso, pero en el momento en que tengamos un estallido en alguna ciudad del país, donde madres desesperadas, padres desesperados decidan lanzarse sobre un supermercado o una tienda en busca de víveres para su familia, ahí será como un cerillo encendido en pasto seco, replicó el senador del PRD.

Madero dijo que "va a ser un momento donde se van a recordar épicamente episodios de nuestra historia nacional, pero al mismo tiempo creo que se han construido instituciones educación, y una visión de lo que puede ser México, que nos convocará seguramente a inaugurar una nueva etapa, un nuevo centenario, un México de modernidad, un México de seguridad, de Estado de Derecho y de crecimiento dinámico e incluyente. Esa es la forma que debemos de utilizar para aprovechar el centenario de la Revolución".

Al preguntarle a Madero si descartaría un estallido social, respondió: "Bueno, yo creo que México va a tener tal vez el año más difícil del sexenio el próximo año y debemos ser concientes de eso y actuar en consecuencia".

Fuente: Diario el Universal, del día 18 de Agosto del 2009. En: http://www.eluniversal.com.mx/notas/620194.html

Una cadena de explosiones causa al menos 95 muertos en Bagdad / Ángeles Espinosa

Una sangrienta traca sacudió este miércoles el centro de Bagdad. Al menos 95 personas murieron y más de 500 resultaron heridas en la sucesión de explosiones que a partir de las diez de la mañana causaron varios coches bomba y proyectiles en diversos puntos de la capital de Irak. Los atentados, que se sucedieron en menos de una hora, son los más graves que se producen en ese país desde la retirada de las tropas estadounidense de sus ciudades, y ponen en entredicho la capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes para hacer frente a la violencia sin su ayuda. Las autoridades iraquíes responsabilizaron a baasistas y extremistas islámicos.

La primera explosión se produjo en las proximidades del Ministerio de Finanzas, en el barrio de Waziriya, poco después de las diez. Según la información recogida por la policía, se trató de un camión bomba aparcado sobre el puente de una autovía cercana, que se hundió por efecto de la deflagración. Varios de los vehículos que pasaban por allí se precipitaron al vacío, de acuerdo con testigos citados por las agencias de noticias. Ocho personas resultaron muertas y una veintena heridas.

Apenas diez minutos más tarde, otro camión cargado de explosivos estallaba junto al Ministerio de Asuntos Exteriores, colindante con el extremo norte de la fortificada Zona Verde, en teoría, el área mejor protegida de Bagdad. La detonación destruyó la fachada del edificio de diez pisos. La onda expansiva fue de tal calibre que hizo retumbar las paredes del Parlamento, que se encontraba reunido en sesión en ese momento. Las imágenes de la cadena de televisión Al Sharqiya mostraron la sorpresa de los diputados, sobre los que se cayó parte del techo de la Cámara.

Este segundo atentado, el más grave del día, dejó al menos 59 muertos y 250 heridos. Un periodista de la agencia France Presse vio sobre el terreno varios cuerpos calcinados, algunos de ellos aún sentados en sus coches completamente quemados. Cuando llegaron los servicios de emergencia, se encontraron un cráter de tres metros de profundidad y diez de diámetro. Todo estaba destruido en 300 metros alrededor. A los ocupantes de las casas próximas se les cayó literalmente el techo encima, según relataban los más afortunados a las cadenas de televisión.

Casi al mismo tiempo, dos proyectiles de mortero cayeron dentro de la Zona Verde, uno de ellos cerca de las oficinas de la ONU. Aunque no produjeron daños, el personal de esa organización conmemoraba el sexto aniversario de la destrucción de su sede en Bagdad declarando el 19 da agosto Día de los Trabajadores Humanitarios. Además, en el céntrico barrio de Bab al Muadham, muy cerca de la Universidad de Al Mustansiriya, una bomba causó seis muertos y 24 heridos. Otro coche bomba en Baya, al oeste de la capital, dejó dos muertos y 16 heridos, y más morteros impactaron en Salhiya, que alberga varios cuarteles y una emisora de televisión.

"La alianza de baasistas y extremistas islámicos es responsable de estas acciones terroristas que pretenden minar la seguridad", denunció el portavoz del Plan de Seguridad de Bagdad, el general Qasem Attar al Musawi, citado por la agencia France Presse. El general Qasem también dijo, según la agencia Reuters, que las fuerzas de seguridad evitaron otro coche bomba y detuvieron a dos presuntos miembros de Al Qaeda.

Desde que el pasado 30 de junio las tropas estadounidenses se retiraron de las ciudades, la mayoría de los ataques que se habían dirigido contra mezquitas y otros lugares de culto chiíes, tanto en la capital como en el norte de Irak. Los analistas estiman que Al Qaeda y otros grupos insurgentes intentan explotar las diferencias entre árabes y kurdos en esa zona del país. Algunos diputados del partido del primer ministro, Nuri al Maliki, han acusado a Arabia Saudí de financiar los atentados, algo que el Gobierno de Riad ha negado.

Sin embargo, la envergadura y el nivel de coordinación de los atentados de este martes son inusuales. Los observadores llaman la atención sobre el hecho de que los objetivos eran en su mayoría edificios oficiales muy vigilados.

El aumento de la violencia, a pesar de que no ha alcanzado los niveles de los años pasados, constituye un golpe a los esfuerzos del Gobierno por restaurar una sensación de normalidad en la capital. Con ese objetivo, Al Maliki ordenó a principios de este mes la retirada de los muros de hormigón que jalonaban la ciudad para evitar ataques, pero a costa de separar comunidades y entorpecer la circulación. En ese esfuerzo, el primer ministro se juega su reputación ante las elecciones del próximo enero.

Fuente: Diario el País, sección Internacional del día 19 de Agosto del 2009.

viernes, 14 de agosto de 2009

La justicia y otros cuentos / Helguera


Fuente: Diario la Jornada, sección Cartones del día 14 de Agosto del 2009.

El remate / Fisgón


Fuente: Diario la Jornada, sección Cartones del día 14 de Agosto del 2009

Bayoneta de fuero militar / Rocha


Fuente: Diario la Jornada, sección Cartones del día 14 de Agosto del 2009

jueves, 13 de agosto de 2009

La doble tragedia de Acteal / Salvador Camarena


Adivinanza de humor negro: ¿En México, qué es una verdad? Una mentira con dos testigos. La cosa sería de risa sino fuera porque, como ilustra el fallo de este miércoles de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en este país hay inocentes en las cárceles y en las calles, culpables. El máximo tribunal del país decretó ayer la libertad inmediata de una veintena de indígenas, acusados de masacrar el 22 de diciembre de 1997 a 45 indígenas, la mayoría mujeres y niños, en Acteal, municipio de Chenhaló, Chiapas.

A la barbarie de quienes perpetraron la matanza del grupo que tranquilamente rezaba aquella tarde de hace casi 12 años, siguió la de los cuerpos de "procuración de justicia". Los Gobiernos priistas de entonces, tanto el de Chiapas como el federal, presidido por Ernesto Zedillo, se vieron sacudidos: cayeron el gobernador chiapaneco y el secretario de Gobernación (ministro de Interior). Pero, lejos de comprometerse a resolver el caso conforme a derecho, la autoridad montó una farsa que ayer recibió el tiro de gracia por parte de la Suprema Corte, después de que abogados, académicos y periodistas denunciaran durante años que los procesos hacían agua por todas partes, que se habían inventado culpables, testimonios y móviles.

"No hay peor injusticia que tratar de enmendarla cometiendo otra", afirmó durante el debate de ayer en la Primera Sala de la Corte el magistrado Juan Silva Meza. La votación final fue de cuatro votos contra uno a favor de la liberación inmediata de 20 indígenas. Otros 31 podrían salir cuando se resuelva un trámite legal y a seis más se les repetirá el proceso. El fallo de los magistrados establece que muchas de las pruebas de los procesos se obtuvieron de forma ilegal y que hasta la Procuraduría General de la República (fiscalía) había inventado pruebas.

La lista de aberraciones jurídicas sería motivo de risa si uno perdiera de vista por unos segundos que decenas de familias vieron destruida su tranquilidad los últimos 11 años debido a, por ejemplo, un testigo que la primera vez que fue interrogado declaró formalmente no hablar ni escribir en castellano, para, poco después, ser el autor de una "lista de culpables" que era prolija en detalles sobre su paradero. O cómo la policía elaboró un álbum de fotografías para que sus testigos reconocieran a los que debían señalar como culpables cuando tuvieran que hacerlo dentro de las diligencias. O el juez que agregó delitos al expediente que el fiscal no había incluido. O cuando otro juez basó su resolución en Wikipedia.

El abogado Javier Cruz Angulo, quien desde 2007 lleva la defensa de los encarcelados, detalla una de las aberraciones: "El juez segundo de distrito, Martín Rangel Cervantes, basa la sentencia sobre el peritaje en balística en Wikipedia. Para llevarlo al absurdo, yo podría decir que si hubiera sabido que el juez iba a hacer eso, y como wikipedia es una página que cualquiera puede modificar, habría puesto en la misma que los procesados eran inocentes para que, basado en eso, el juez los absolviera".

Con machetes y balas, mientras oraban, en Acteal fueron abatidas 14 niñas, 4 niños, 4 mujeres embarazadas, otras 15 mujeres y 8 hombres. Se acusaba a la comunidad de ser simpatizante del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Se cree que algunos de los verdaderos autores de la matanza, atribuida a grupos paramilitares financiados por el Gobierno, fallecieron en libertad.

El caso llegó a al Supremo en agosto del año pasado, cuando aceptó revisar la solicitud de amparo demandada por 57 presos. Durante su discusión de ayer, los magistrados establecieron claramente que no se puede saber si entre los que obtendrán su libertad hay alguno o algunos que sí tengan culpa, porque lo único que determinaron es que, además de violación de las garantías de los procesados, hubo invención de pruebas.

"Se dieron irregularidades en las actuaciones procesales, pruebas indebidamente recabadas, con lo que se afectó el debido proceso, y la obligación de salvaguardar las garantías individuales", argumentó el magistrado José Ramón Cossío al pronunciarse a favor de la liberación.

Fuera del tribunal el fallo fue recibido con júbilo por los familiares de los acusados y sus abogados, pero también con recelo por los líderes de la comunidad de Las Abejas, a la que pertenecían los tzoltziles asesinados: ellos, naturalmente, siguen esperando justicia.

Cruz Angulo escribió en El Universal: "Acteal es un laberinto de papel, mitos, realidades y posiciones polarizadas. Jueces y ministerios públicos fueron los arquitectos de un laberinto de más de 100 mil hojas. (...) Es una doble tragedia: por un lado tienes una abominable masacre y por el otro tienes más de 50 seres humanos encarcelados sin pruebas. Frente a la brutalidad de esa doble tragedia cobra total sentido la necesidad de que existan leyes, de que se respeten y de que se garantice la existencia del debido proceso".

"Es bueno que la Corte [Suprema] se esté involucrando en estos casos", dijo ayer Cruz Angulo a EL PAÍS. Cabe preguntarse si los 11 magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tendrán capacidad para resolver todo lo que cientos de jueces y magistrados no han hecho en todo el país para desbaratar casos mal presentados por otros cientos de fiscales que cada día procesan a los mexicanos.

Fuente: Diario el País, sección Internacional del día 13 de Agosto del 2009.

En una inédita decisión la Corte libera a sentenciados por Acteal / Alfredo Méndez


En una sesión histórica de la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que por primera vez desde la reforma al sistema de justicia penal de 2005 se erigió como tribunal de legalidad y no sólo de constitucionalidad –al revisar todos los detalles y pruebas de un proceso–, cuatro ministros ampararon ayer a 26 indígenas chiapanecos y ordenaron la libertad inmediata de 20 de ellos que fueron sentenciados por la matanza de 45 tzotziles en Acteal, Chiapas, ocurrida en diciembre de 1997.

Por cuatro votos contra uno, la primera sala (integrada por cinco ministros) resolvió que la Procuraduría General de la República (PGR), junto con los jueces y magistrados que en su momento sentenciaron a estos indígenas, violaron gravemente las garantías procesales de éstos, pues les fabricaron pruebas y testimonios.

En los próximos días por lo menos otros 30 implicados en esos hechos pueden verse beneficiados con una resolución de amparo similar a las anteriores, la cual, sin embargo, no implica un reconocimiento de inocencia.

“No puede entenderse que este tribunal está absolviendo culpables. La sala únicamente está negando valor a actuaciones contrarias al orden constitucional, pues de las constancias que obran en la causa penal no es posible afirmar que jurídicamente haya culpables”, destacó el ministro José Ramón Cossío, al explicar los argumentos por los que decidió amparar a los quejosos.

“Aquí sólo se está determinando que a los quejosos no se les siguió un debido proceso, lo cual no equivale en absoluto a un pronunciamiento sobre si, de facto, son o no inocentes”, agregó.

La sesión se desarrolló con la presencia de abogados y estudiantes del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) –quienes en dos años redactaron las demandas de amparo de 45 indígenas presos–, pero con la ausencia de los sobrevivientes y familiares de las víctimas de Acteal, a quienes elementos de la Policía Federal les impidieron el acceso al recinto judicial.

Tras una hora de deliberaciones, la Corte otorgó en total cuatro paquetes de amparos a 26 indígenas sentenciados, de los cuales 20 fueron de manera “lisa y llana” –pues los ministros desecharon en definitiva todas las pruebas que los inculpaban–, lo que significa que a más tardar en 24 horas deberán ser excarcelados.

Otros seis tzotziles recibieron amparos “para efectos” de reposición de procedimiento, lo que implica que un tribunal unitario de circuito volverá a emitir en breve una sentencia, pero sin tomar en cuenta las pruebas que ayer fueron desechadas, sino únicamente valiéndose de otros elementos probatorios que no fueron desahogados con antelación.

La primera sala también rechazó un proyecto de sentencia del ministro Sergio Valls, quien se pronunció por negar el amparo a 31 acusados, con el argumento de que “el material probatorio que obra en la causa resulta, si no vasto, por lo menos sí suficiente para demostrar tanto la existencia de los delitos en estudio como la responsabilidad penal de los quejosos”.

Otro ministro presentará en los próximos días un nuevo proyecto que sustituya al de Valls, en el que se otorgue la protección de la justicia a 31 quejosos, aunque falta saber si también será “liso y llano” o para “algún efecto”.

Los ministros Olga Sánchez Cordero, Juan Silva Meza, Jesús Gudiño Pelayo y Ramón Cossío se opusieron a la postura de Valls. Cossío, durante su alocución, pareció responder a la organización civil Las Abejas, que en días pasados responsabilizó –entre otros– a los ministros de la Corte y al historiador Héctor Aguilar Camín (que se ha erigido en una especie de vocero de los acusados de la matanza del 22 de diciembre de 1997) de cualquier rebrote de violencia en Chiapas derivado del otorgamiento de estos amparos.

“Las consecuencias que deriven (de esta resolución) no pueden ser imputadas a esta Corte, sino a las autoridades que tienen competencia para la persecución e investigación de los delitos”, y que están encargadas de preservar la paz social en el país, expuso Cossío.

En su oportunidad, la ministra Sánchez Cordero puntualizó que respecto a los amparos de cuatro de los acusados, cuyo caso ella revisó, el juez federal que los sujetó a proceso agregó a la causa penal, de manera ilícita, los delitos de portación de armas de fuego, por los que originalmente la PGR no había ejercido acción penal, pues sólo pidió su aprehensión por homicidio calificado, lesiones graves y asociación delictuosa.

La ministra dijo que la fiscalía federal usó como prueba para acusar a los indígenas detenidos el listado de personas que elaboró un testigo de nombre Agustín Arias, quien al día siguiente de la matanza exhibió la lista (con nombres y apellidos de los responsables), pese a que no hablaba castellano, y luego declaró ante el juez de la causa que esa lista “se la dieron los judiciales”.

En contraste, Sergio Valls sostuvo que la lista y el álbum fotográfico no fueron tomados en cuenta como pruebas torales dentro del proceso, sino como elementos indiciarios, por lo que no procedía otorgarles el amparo.

“Se dice en los proyectos mencionados que no debe tener valor probatorio la lista de culpables que exhibió Agustín Díaz, porque éste dijo ante el juez que esa lista se la habían dado los judiciales, sin embargo, esto lo afirmó el testigo siete años después”, destacó Valls, pero ningún otro ministro se adhirió a su postura.

La respuesta a Valls la dio el único ministro con experiencia como juez penal, Juan Silva Meza: “No hay peor injusticia que tratar de enmendarla cometiendo otra. Acteal es buena oportunidad para que la Corte reitere un claro mensaje a las autoridades encargadas de perseguir los delitos: sus acciones deben respetar siempre el régimen constitucional y los derechos humanos (...) Debemos reafirmar nuestro compromiso con la presunción de inocencia, con el derecho a la reparación del daño, con el esclarecimiento de la verdad”.

Desde el inicio de las pesquisas, la PGR acusó a un centenar de indígenas por la matanza de 45 miembros de Las Abejas, entre ellos cuatro mujeres embarazadas y 15 niños. A partir del 23 de diciembre de 2007, y en días posteriores, se detuvo a 86 indígenas, quienes tras varios años de proceso recibieron condenas de entre 20 y 40 años de cárcel.

En su momento también fueron procesados siete elementos de Seguridad Pública estatal y un militar, acusados del traslado de las armas utilizadas durante la matanza. Estas personas, identificadas como paramilitares y que ya fueron sentenciadas, no forman parte de los quejosos que ayer obtuvieron amparos.

Después de ocurridos los hechos de Acteal, el entonces titular de la PGR, Jorge Madrazo Cuéllar, designó una fiscalía especial a cargo de Efrén González Pola, que un año después de la matanza presentó un Libro Blanco sobre la hipótesis oficial del caso.

En esa conclusión, la PGR sostuvo que la masacre fue resultado de un largo conflicto entre un grupo de indígenas que aparentemente simpatizaban con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y otro que apoyaba al Partido Revolucionario Institucional (PRI), y que en los meses previos a los 45 asesinatos en Acteal había provocado, en hechos diversos, al menos 23 homicidios, la mayoría de presuntos paramilitares priístas.

Fuente: Diario la Jornada, sección Sociedad y Justicia del día 13 de Agosto del 2009.

Flor de pareja / Mario Vargas Llosa



PIEDRA DE TOQUE. Mientras el capitalismo se desmorona en Argentina , el matrimonio Kirchner realiza pingües negocios. La fortuna que la pareja ha amasado en estos años en el poder alcanza los 8,5 millones de euros.

Crisis del capitalismo? Sí, es verdad, en los últimos años el poderoso sistema capitalista, tan denostado y tan extendido al mismo tiempo, que parecía indestructible, pareció derrumbarse a escala planetaria, no por acción de sus viejos enemigos, los comunistas y los socialistas radicales, sino por efecto de lo que el profeta Marx llamaba sus "contradicciones internas", es decir, la corrupción e irresponsabilidad de sus banqueros, financistas, empresarios, especuladores, estafadores y piratas, que, enceguecidos por la fiebre del lucro y la voracidad crematística, fueron empujándolo hacia el abismo, donde terminó por rodar y hacerse trizas (bueno, casi).

Las consecuencias resultaron catastróficas, desde luego: quebraron bancos, las bolsas se escurrieron hasta quedar exánimes, desaparecieron millones de puestos de trabajo, los niveles de vida de tres cuartas partes del globo cayeron en picada, prestigiosos hombres de empresa fueron a la cárcel porque el naufragio sacó a la superficie sus pillerías y embauques y, en resumen, los ricos dejaron de serlo tanto, la clase media se empobreció brutalmente y los pobres se volvieron miserables.

Ahora bien, hubo algunas excepciones a la regla, felizmente, que dejan entrever una esperanza para la supervivencia del sistema, es decir, para su recuperación sobre bases más firmes y exitosas. Tomemos, como ejemplo, a dos capitalistas ejemplares, que no sólo sortearon felizmente la crisis que descuajeringaba a sus colegas sino que, en estos tiempos de tragedia y quebranto, consiguieron multiplicar siete veces su capital. ¿De quiénes hablo? De los esposos Néstor Kirchner y Cristina Fernández, por supuesto. El ex presidente de la Argentina y su sucesora, la actual mandataria, eran poseedores en el año 2003 de un patrimonio, que ellos presentaron en su declaración jurada, y que la Oficina Anticorrupción, dependiente del Ministerio de Justicia, evaluó en el equivalente de un 1.200.000 euros de la época. En el año 2007, cuando la señora Kirchner ocupó la Casa Rosada, este capital se había casi triplicado, hasta alcanzar unos 3.200.000 euros. Pero fue en diciembre de 2008 cuando dio un salto espectacular y en sólo 12 meses alcanzó la cifra (vertiginosa para cualquier bípedo común y corriente) de 8.500.000 euros.

¡Aprendan, capitalistas de pacotilla, mediocres y ramplones, tipo Madoff, que como éste merecerían pasar el resto de sus años en la cárcel por ineptos! Eso es ser unos capitalistas de verdad, audaces, ingeniosos, creativos, que, cuando todos a su alrededor perdían lo que tenían y lo que no tenían, fueron capaces de disparar a las nubes sus ingresos demostrando de este modo que el sistema tiene recursos y vericuetos para sortear las peores calamidades y aún medrar con ellas.

¿Cómo consiguieron este milagro Néstor Kirchner y Cristina Fernández? Lo ha sacado a la luz en Buenos Aires la diputada de oposición, Patricia Bullrich, del Acuerdo Cívico y Social, según leo en una crónica de Alejandro Rebossio (EL PAÍS, 26 de julio) que no tiene desperdicio y que debería ser estudiada como un catecismo por todo capitalista que aspire a emular a esa pareja excepcional.

Los esposos Kirchner, ambos abogados, eran ya, en 2003, cuando don Néstor subió a la Presidencia de su país, bastante prósperos. Tenían 23 inmuebles, que alquilaban, y cuentas bancarias. Sin que ello los distrajera de sus responsabilidades políticas -doña Cristina era senadora y colaboraba estrechamente con el mandatario en sus tareas de gobierno- este patrimonio se fue revaluando mediante la compra, rehabilitación y venta de inmuebles y sagaces inversiones financieras. Además de alquilar algunas de sus propiedades para que sirvieran de hoteles, constituyeron, en sociedad con uno de sus hijos, una consultoría que asesoraba a sus clientes en "economía, finanzas, derecho, ciencias sociales, educación y administración y otras disciplinas". ¿Cómo no hubiera tenido gran éxito una empresa de servicios semejante? ¿Quién, que tenga dos dedos de frente, no hubiera querido ser asesorado en sus negocios e inversiones por ese par de presidentes tan enterados y prósperos?

Pero las operaciones, rayanas en la genialidad, que hicieron de verdad la fortuna de la pareja, tuvieron como escenario la muy bella localidad de Calafate. Un paisaje divino, aire purísimo, y glaciares, el más hermoso de los cuales fue bautizado Perito Moreno, que quitan el habla, hacen pensar en las historias de Jack London y atraen a ese rincón de la Patagonia argentina a millares de turistas cada año. Pues bien, gracias a la generosidad del alcalde del lugar, un caballero llamado Néstor Méndez, los Kirchner compraron en 2005 unos terrenos de 60.000 metros cuadrados, pagando 69 céntimos de euro por metro cuadrado. Al año siguiente lo revendieron ¡a 50 euros el metro cuadrado! Así financiaron el lindo hotel -lo conozco- El Calafate. Ese mismo año se hicieron dueños de otros 129.000 metros cuadrados (a 69 centavos de euro por metro cuadrado) y los revendieron, pocos meses después, a 50 y a 57 euros el metro.

En su crónica, Alejandro Rebossio cita una declaración de Aníbal Fernández, jefe de Gabinete del Presidente argentino, respondiendo a los maliciosos que ven gato encerrado en estas formidables operaciones empresariales: "Nadie que ejerza el poder está impedido de tener un patrimonio propio y que éste tenga vida, lo que es la esencia del capitalismo". Tiene toda la razón del mundo, por supuesto, y estoy seguro que la deficiente mafia rusa -deficiente porque, a diferencia de los Kirchner, parece haber perdido, por culpa de la crisis, la mitad de los incontables billones que tenía- debía impregnarse de esta filosofía y enfrentar al mundo, sin complejos de inferioridad, proclamando que, haciendo lo que hacen, no roban, ni contrabandean, ni piratean, sino mantienen viva y llameando la esencia metafísica del capitalismo.

El mérito de los esposos Kirchner es tanto mayor si se tiene en cuenta que, a ellos, a juzgar por los discursos con que suelen hipnotizar a los electores que los llevaron al poder y que he tenido la ocasión de padecer, el capitalismo no les gusta nada. Más todavía, son sus encarnizados adversarios. Y abominan de él porque lo consideran explotador, egoísta, abusivo y corruptor. Sus verdaderos amigos y afines son gentes como el comandante Hugo Chávez de Venezuela o el comandante Daniel Ortega de Nicaragua, con quienes a menudo se estrechan en efusivos abrazos y profetizan la próxima derrota del imperialismo. Sus corazones son de izquierda (sólo sus bolsillos y los vestidos de doña Cristina son de derecha) y por eso a muchos capitalistas, durante sus dos gobiernos, además de injuriarlos, les han hecho pasar muy malos ratos, nacionalizándolos, abrumándolos con regulaciones y nuevos impuestos, al extremo de que la fuga de capitales en Argentina, según un despacho de la Agencia EFE del día 2 de agosto, alcanzó sólo en el primer semestre de este año los 7.860 millones de euros. Las cifras proceden del Banco Central, una institución según la cual, desde que comenzó la crisis financiera, unos 30.300 millones de euros en ahorros de argentinos escaparon al exterior o fueron escondidos en cajas de seguridad o bajo el colchón.

O sea que, mientras la empresa Kirchner hacía pingües negocios, el capitalismo se desmoronaba en Argentina y ganaba terreno esa peculiar filosofía de los esposos gobernantes según la cual no hay contradicción alguna en ejercitar y aprovecharse de un sistema odioso al mismo tiempo que se obra desde el gobierno por su ruina y extinción.

Quizás ésta sea la explicación del enredo: la benemérita pareja no se ha hecho rica por codicia ni muchísimo menos sino para dar una lección ideológica práctica a su pueblo. Su conducta responde a un propósito laberíntico, semejante a esas deslumbrantes y sutiles construcciones intelectuales de los cuentos de su compatriota Jorge Luis Borges. Un propósito altruista y pedagógico destinado a mostrar, en carne viva, inmolándose en el intento, lo sucio y pestilente que es el sistema capitalista, pues permite a un par de políticos del común volverse millonarios en un plazo brevísimo, pese a las inclemencias y zozobras que vive su país, mientras millones de argentinos se empobrecían, los agricultores se sentían amenazados, las empresas quebraban y los ahorristas veían cómo la inflación volatilizaba las reservas con que esperaban afrontar la vejez. Héroes y mártires del capitalismo, pues. ¡Flor de pareja!

© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2009. © Mario Vargas Llosa, 2009.

Fuente: Diario El País, sección Opinión del día 9 de Agosto del 2009

¿Qué motivaciones han tenido los etarras? / Fernando Reinares


Quienes han militado en ETA lo hicieron ante todo por el hecho de ser nacionalistas vascos. Habían hecho suyo un nacionalismo de carácter étnico y excluyente, que niega la pluralidad constitutiva del País Vasco y enfatiza pretendidos derechos colectivos en detrimento de derechos humanos individuales. Un nacionalismo incompatible con valores democráticos, proclive a la intolerancia y a justificar la violencia. Ahora bien, la adhesión a esta ideología y a sus objetivos políticos raramente basta para explicar la opción por el terrorismo. Si nos preguntamos por qué ha habido y hay vascos, básicamente varones y apenas veinteañeros al ser reclutados, la mitad de ellos guipuzcoanos, que se convirtieron en miembros de ETA, es preciso aludir a unae ETA, es preciso aludir a una serie de motivaciones individuales basadas en criterios de racionalidad, emotividad e identidad. Éstas se combinan de un modo variable según personas y periodos de tiempo, pero caben algunas generalizaciones respecto a los que se integraron en aquella organización terrorista desde hace cuatro décadas.

Por lo común, antes de incorporarse a ETA los futuros militantes habían llegado al convencimiento de que la violencia era útil para conseguir la independencia. Ese convencimiento apelaba a casos foráneos de insurrección anticolonial y a ejemplos propios, como impedir con atentados la construcción de una central nuclear o la ejecución del trazado previsto de cierta autovía. Aun así, para aceptar finalmente el reclutamiento muchos necesitaron percibir fundadas expectativas de éxito, confianza en que ETA disponía de los recursos y el apoyo popular necesarios para lograr todos o buena parte de sus fines. Con todo, no pocos de quienes se integraron en la organización terrorista hubiesen renunciado a hacerlo en ausencia del santuario francés, cuya existencia hasta bien entrados los ochenta redujo considerablemente los riesgos y costes percibidos. Por otra parte, el prestigio social conferido a los etarras en ámbitos de la población vasca supuso un estímulo muy importante. Éste y otros incentivos selectivos reforzaban las motivaciones basadas en objetivos políticos, utilidad de la violencia y expectativas de éxito.

Ahora bien, en las motivaciones individuales para el terrorismo no sólo hay intereses, sino también pasiones. Así, un buen número de los que se convirtieron en militantes de ETA sentían antes frustración, al no haberse cumplido las elevadas y crecientes expectativas políticas que tenían para el fin de la dictadura y el posfranquismo. Sin embargo, el odio ocupa un lugar central entre las motivaciones de los etarras. Un odio a España y a lo español que procedía, sobre todo, de haber experimentado una represión policial excesiva bajo el régimen autoritario y también durante la transición. Y asociada al odio aparece la venganza, que asimismo está entre las motivaciones que llevaron a no pocos adolescentes y jóvenes vascos a la militancia en ETA. Pero no es menos cierto que, con el paso del tiempo y la transformación de la seguridad interior española, ese odio dejó de estar relacionado con la conducta de los cuerpos policiales y pasó a ser producto del adoctrinamiento al que han estado sometidos numerosos quinceañeros vascos en el seno de la subcultura de la violencia que nutre de miembros a la organización terrorista.

Además, a muchos de los adolescentes y jóvenes nacionalistas que han sido militantes de ETA les acuciaba afirmarse como vascos. Para bastantes de ellos, ésa fue su principal motivación cuando optaron por ingresar en la organización terrorista, que había protagonizado el retorno del nacionalismo vasco bajo el franquismo y a la que tenían por portadora privilegiada de aquella identidad. Se hicieron violentos para considerarse vascos y ser considerados así por los demás. Bajo la dictadura y el posfranquismo, reaccionaban con agresividad ante la imposibilidad de expresar en público los atributos de esa identidad que definían como vasca. Después, ya con la nueva democracia española y el autogobierno vasco, la perentoriedad de afirmarse violentamente como vascos, siempre según determinados cánones nacionalistas, ha sido inducida entre quinceañeros predispuestos por razones de edad a la búsqueda de una identidad e insertos en la subcultura del nacionalismo radical. Y de esta violenta lógica de identificación no han escapado hijos de inmigrantes andaluces, extremeños, castellanos o gallegos.

En esa misma subcultura -en realidad, una contracultura- se continúan socializando políticamente hoy algunos que, pese a haber nacido con España en la Unión Europea y el nacionalismo institucionalizado en el Gobierno vasco, pese a desconocer los abusos policiales y haber sido educados en euskera, aún acaban interiorizando motivaciones racionales, emocionales e identitarias para integrarse en ETA. Generalmente en el marco de redes sociales basadas en ligámenes afectivos de amistad o parentesco, y tras haber pasado por el aprendizaje social de la violencia que implica la kale borroka. Paradójicamente, las vidas de estas últimas generaciones de terroristas han discurrido en paralelo a la decadencia de ETA. Si hace tres o cuatro décadas quienes se convirtieron en etarras constituían una significativa minoría que no estaba mal vista por demasiados entre los vascos y contaba con un santuario francés, hoy no son probablemente más que un centenar de pistoleros a los que su sociedad ha dado la espalda y las autoridades francesas también persiguen.

Fernando Reinares es catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos y autor del libro Patriotas de la muerte. Quiénes han militado en ETA y por qué.

Fuente: Diario el Paìs, sección Sociedad del día 26 de Julio del 2009.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Frases para el día de hoy





















Si llego a mi destino ahora mismo, lo aceptaré con alegría, y si no llego hasta que transcurran diez millones de años, esperaré alegremente tambíen.
-Walt Whitman.
Poeta estadounidense.

Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años.
-Abraham Lincoln.
Político estadounidense.

Sólo un loco celebra que cumple años.
-Bernard Shaw.
Escritor irlandés.

No me siento viejo porque tenga tantos años tras de mí, sino por los pocos que tengo por delante.
-Ephrain Kishon.
Escritor, dramaturgo y director de cine israelí.

Los años enseñan muchas cosas que los días jamás llegan a conocer.
-Ralph Waldo Emerson.
Poeta y pensador estadounidense.

Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso.
-Jorge Luis Borges.
Escritor argentino.

jueves, 6 de agosto de 2009

Lectura de poesía y cuento Bambú





















A todos aquellos interesados en ir a una lectura de poesía y cuento, asistan el próximo 29 de Agosto a las 18:00 horas al espacio cultural-cafetería "El viejo Antonio", mejor conocido como el Rincón Zapatista (Callejón del Santero 111-B, Colonia Centro, Zacatecas, Zac.) a la lectura que a los jóvenes del Taller Literario Bambú nos han ofrecido orgranizar.

Les dejó aquí el programa de actividades:

14 de Agosto

18:00 horas
Exposición colectiva grafica Desfiguración_ez
Presentan: Carlos Herrera, Miguel Encina y Zoraida Cuevas
Ameniza: Amaranta Jiménez (Violinista)

28 de Agosto

18:00 horas
Exposición fotográfica Festival de la Digna Rabia
Presenta: Gustavo Rivas

29 de Agosto

18:00 horas
Lectura de poesía y cuento
Presentan: Taller Literario Bambú
(Unidad Académica de Letras)

19:30 horas
Presentación musical de Ricardo Wong y Victor

http://rinconzapatistazac.blogspot.com

miércoles, 5 de agosto de 2009

Y volvemos...

Concluyeron las vacaciones, al menos las que le tocaban a este blog, y heme aquí de nuevo esperando que los amables seguidores de éste minúsculo espacio le tengan misericordia, algo de lástima ¿por qué no?, y vuelvan a leerle.

Pues bien, ahora se me ha ocurrido, para renovar esto un poco, no sólo tener por aquí entre los textos criticas a la derecha o el intenso deseo de que Fecalin sufra de un estreñimiento tal que la mierda se le acumule por el cuerpo, y tarde o temprano, explote. Ya no solo eso. Ahora intentaré darle cabida a la literatura. Si bien ya había publicado algunos poemas para la banda subversiva y unos cuentos propios que no sirven más que de relleno, nunca lo había planeado como tal y los montaba mas bien por el gusto de compartirlos. Pero ahora si, con su permiso, le dedicaré mas publicaciones al mundo de las letras.

Finalmente agradezco a todos aquellos que hayan visitado éste blog y agradezco, como diría Rabindranath Tagore, no ser una de las ruedas del poder, sino una de las criaturas que son aplastadas por ellas.