...

;

miércoles, 20 de mayo de 2009

Hiperhedónicos y posmocínicos. La sociedad de la decepción, de Gilles Lipovetsky / Héctor Villarreal


Ya se sabe que la decepción es una experiencia universal que forma parte de la condición humana. También, que cuanto más aumentan las exigencias de mayor bienestar “más se ensanchan las arterias de la frustración”. Lo que añade Gilles Lipovetsky es que la sociedad hipermoderna “se caracteriza por la multiplicación y alta frecuencia de las decepciones”, tanto en lo público como en lo privado. Su tesis es sencilla: la pobreza del pasado era absoluta y distinta a la actual, en la que todos aspiran a participar del consumo. Ningún grupo social está a salvo de ello, puesto que la responsabilidad respecto del éxito o el fracaso ha pasado a cada individuo y “todos distan de estar a la altura de sus ambiciones”.

La sociedad de la decepción (Barcelona: Anagrama, 2008) es una entrevista a Lipovetsky realizada por Bertrand Richard. En ella está su reflexión presente sobre los temas de los que se ha ocupado desde hace 25 años: el hedonismo, el (hiper)consumo, la (hiper)modernidad, el individualismo y el liberalismo. En realidad son los temas de la filosofía de toda la vida: el placer, el tedio, el hastío, la búsqueda de la felicidad...

La entrevista, dividida en tres partes, trata primero sobre la decepción en relación con el hedonismo; en la segunda con la política, específicamente respecto de la democracia, y en la tercera con el consumo y la esperanza. Pero cuando habla sobre estos temas no hace interpretaciones moralizantes ni metafísicas. Está muy lejos del tono amargo, melodramático y lacrimógeno de los intelectuales de moda y los que pretenden ser sus alternativos. Basta encender el radio o la televisión, casi a cualquier hora y en cualquier canal, y aparecerá un intelectual haciendo juicios de valor de cualquier cosa o de todo, dramatizando con sus preocupaciones y predicando lecciones de moral. Abre uno el periódico y es lo mismo. Por eso siempre resulta un alivio leer a Lipovetsky, porque lo que él quiere, y hace, es “teorizar una realidad plural, polidimensional”, “explicar las lógicas que orquestan las transformaciones del presente social e histórico desde una perspectiva a largo plazo”.

Comienza por exponer un conjunto de evidencias sobre el fenómeno: la escuela es el centro de la decepción por haber perdido su capacidad de garantizar la movilidad social ascendente; decrece el sentimiento de pertenencia a una nación; la expectativa respecto del futuro es que será peor que el presente. No obstante, las sociedades hipermodernas, liberales, individualistas, le atribuyen y reconocen un muy alto valor a la búsqueda personal de la felicidad, por lo que se puede ser a la vez optimistas o pesimistas, sin contradicción, “todo depende de la esfera de la que se hable”.

El hedonismo “ha perdido su estilo triunfante”, también llega a decepcionar. Interesan más las relaciones afectivas o amorosas, que el placer de numerosas experiencias sexuales con diferentes personas. La revolución sexual ha dado de sí todo lo que podía y no ha sido poco. Por eso hay que olvidar el lugar común de que las relaciones comerciales fagocitan todas las dimensiones de la vida. Las desilusiones son mucho más afectivas que políticas o consumistas. Nos decepcionamos más de las relaciones con las personas que con todo por la importancia que les damos.

Si bien, en general, “el consumo engendra más satisfacciones que decepciones”, decepcionan más los bienes no duraderos —“productos de sentido” como películas, conciertos, novelas, y arte—, y decepcionan menos los bienes duraderos, aunque no sean los más caros. “En materia de placer” lo más importante “no es el precio de las cosas, sino el cambio que operan en nuestro marco de vida”.

En la política, como en la religión, proliferan las creencias sin afiliación institucional. “La democracia liberal es estructuralmente inseparable de la decepción”, las evidencias están en el voto de castigo, el abstencionismo y la despolitización. El ciudadano se ha hecho análogo al consumidor. Es un “votante a la carta”, que lo hace irregularmente y se moviliza cuando le apetece, resultado de que “el sentido de la vida se busca y se encuentra ahora donde no está la política”. No se trata de cambiar la sociedad, sino de vivir mejor en el presente. No es desinterés por la cosa pública, sino demanda de políticas concretas, próximas a las necesidades y preocupaciones inmediatas de los ciudadanos, especialmente en cuanto a derechos humanos, la paz, la protección de ambiente y la educación. Si bien hay una considerable desafección por la política, la democracia goza de cabal aprecio y ha vencido a sus enemigos, puesto que “se impone como valor absoluto y no negociable”, de modo que es la “condición política de los demás bienes”.

Como fenomenólogo y no como predicador, Lipovetsky deja claro que “los hechos no confirman los temores respecto al consumo”. Enumera evidencias de que: No destruye los referentes morales. No transforma a las personas en borregos. No socava los valores democráticos ni humanistas. No domina todas las dimensiones del deseo (como aprender, investigar, reflexionar, crear y ayudar). En el funcionamiento del hiperconsumo hay mucho más liberalismo que en todas las actitudes de los movimientos antipublicidad. Los medios de comunicación no hacen peligrosa la sociabilidad, sino que facilitan la búsqueda e invención de nuevas relaciones interpersonales.

Parece uno releer a Bell cuando Lipovetsky afirma: “La invención de la píldora o de Internet han cambiado más el mundo y nuestras vidas que las consignas trotskistas”.

Gran libro de Lipovetsky que merece cinco estrellas. Es breve, de esos con tamaño de fuente grande. Se lee rápido por su extensión y sencilla redacción, pero no es recomendable para militantes ni predicadores que busquen conformarse con sus prejuicios, puesto que “ni siquiera los fanáticos rechazan ascéticamente los placeres del consumo”.


Fuente: Revista Replicante en su edición digital en: http://www.revistareplicante.com/19/index.php?sk=art&nm=262

No hay comentarios: